Algunas conclusiones y recomendaciones ante la migración, el caso del Tapón del Darién
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Lograr
una alianza adecuada entre Panamá y Colombia se hace menester para
mejorar las apuestas que realizan en la zona del Darién, además de contar con
apoyo real y concreto de los estados del centro y del cono sur de Latinoamérica
y, por supuesto, con una participación sólida y dialógica de Estados Unidos,
para monitorear, en conjunto de ONGs, cualquier situación de violación de
derechos humanos en la región, ajustando así las estrategias, evaluando la
efectividad de aquellas que están en marcha y logrando activar la presencia
legal y estatal de estamentos que blinden de seguridad a la población flotante.
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Fortalecer
con las autoridades locales y los Estados medidas de Concientización y
Sensibilización en los territorios que circundan la travesía migratoria
hacia el Darién, ya que es vital sensibilizar a la población local sobe los
desafíos que afrontan la población, no cimentar su comportamiento basados en
premisas de conducta xenófobas y fomentar la empatía, respeto y comprensión de
este duro fenómeno migratorio.
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Anudado
con lo anterior, ante las devoluciones y detenciones arbitrarias que suceden en
el sector, es necesario implementar mecanismos de observación impulsados por la
sociedad civil. Estos mecanismos permitirán informar de manera oportuna a
organizaciones internacionales sobre las situaciones que puedan surgir. Por
ello la sociedad civil debe ser capacitada, también, para fomentar en ella una
resistencia ante la apatía y la normalización de este crudo fenómeno. Se hace
menester que las autoridades locales involucren la ciudadanía para que pueden
adaptarse, aprender y sensibilizarse ante este fenómeno del éxodo de miles de
personas.
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Es
esencial que los Estados aborden el tráfico ilícito de migrantes de manera
coordinada, priorizando la protección de los derechos humanos de las víctimas.
Este enfoque debe ir más allá de consideraciones de seguridad nacional y
destacar la importancia de la seguridad humana. Resulta preocupante que, en
algunas reuniones recientes entre los líderes de Panamá y Colombia, la
cooperación se haya centrado en el equipamiento militar, la instalación de
bases militares y el intercambio de inteligencia, sin poner un énfasis
suficiente en la seguridad humana.

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